Erase que se era una vez…

15 Ago

Carita

Eramos una vez un grupo de nueve o de diez que coincidía cada noche: una suerte de sueños que hacían cuadrilla, unos buenos muchachos riendo juntos. Érase que se era una vez…

Por esa época se amaba tanto, qué sé yo ¡qué época tanta de amores! desfilábamos juntos, se hacían poemas, y las calles que buenos gustos tenían.

De uno en fondo pasábamos por la misma canción, era uno, eran dos, eran tantos y qué sé yo, pero era bonito mirarnos, vernos sufrir…

Era imposible pasar un sólo día sin morir, sin gritar, sin reír, sin comprender, sin amar. Qué desastre de gente que no podía estar en paz.

Yo no sé si fue el tiempo que lo vuela todo, o si fuimos nosotros detonando el tiempo, pero nos fragmentamos como una granada.

Yo no sé si ha llovido una lluvia que moje cada esquirla en el sitio en que haya caído, si hay guardada una tarde común en el tiempo.

Yo no sé si ha servido de algo o de nada que haya habido pasado y que quede recuerdo. Yo no sé si mañana pensaré lo que hoy vivo. Érase que se era una vez…

La muerte tempranera. Niño de Acosta Ñu.

El tiempo me enseño que los valientes escribiran la historia con su sangre pero la historia escrita de los libros se escribe con la pluma del cobarde…

4 Respuestas para “Erase que se era una vez…”

  1. Diego 16. Ago, 2010 at 13:50 #

    Tiempos aquellos. Hoy escuché la canción de Pinocho en “La mañana de Cada día”, y ahí recién caí de cuenta de qué día es y me trasporté por un ratito a mi niñez, con el consabido techaga’u.

    PD: Que notable cómo nuestra historia hace incapié en todo lo que se refiera a las guerras que nos tocó en suerte afrontar. Ojalá y algún día podamos agregarles eventos más positivos de recordar.

  2. Fate 17. Ago, 2010 at 10:33 #

    Concuerdo con DIEGO en que debemos recordar eventos más positivos en esa fecha, pero tampoco hay que olvidar la batalla de Acosta Ñu, creo que es más o menos hacia Eusebio Ayala, cerca de Caacupé (ven que ni la ubicación se bien). Una pelea, en que, una vez más, demostraron su valor los paraguayos, pero creo que López tenía ya que haberse rendido o suicidado (si realmente quería el bien del Paraguay) y evitar estériles masacres; por su parte, los brasileros, demostraron su cobardía, enfrentando a niños, a los que superaban apróximadamente 5 veces a 1, encima al final de la batalla, incendian el campo y matan a todos los prisioneros. Eso tampoco hay que olvidarlo.
    Estoy a favor de la alegría, me parece bien que en las escuelas se beba chocolate, se hagan deportes y en las casas se entreguen obsequios, pero también sería bueno, recordar por un minuto a quienes dieron su vida y nos cubrieron de honor… y que los brasucas se vayan a la put*

  3. pefaur 22. Ago, 2010 at 21:51 #

    lindo lindo

  4. Gabriel 23. Ago, 2010 at 9:40 #

    :D

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